
El legendario vocalista de Black Sabbath murió este martes rodeado de su familia. Su partida marca el fin de una era para el heavy metal y deja un legado imborrable en la historia de la música.
Ozzy Osbourne, ícono del rock y figura emblemática del heavy metal, falleció este martes 22 de julio a los 76 años. La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado en el que expresaron su profunda tristeza y pidieron respeto por su privacidad en este difícil momento. El artista británico murió rodeado de sus seres queridos, según detallaron medios internacionales.
Conocido mundialmente como el “Príncipe de las Tinieblas”, Osbourne alcanzó la fama en los años 70 como líder de la banda Black Sabbath, revolucionando el género con clásicos como Paranoid, Iron Man y War Pigs. Su carrera solista también fue prolífica, con éxitos como Crazy Train y No More Tears. A lo largo de su vida, enfrentó múltiples problemas de salud, incluyendo una forma de Parkinson diagnosticada en 2019, además de complicaciones derivadas de accidentes previos.
Su último concierto, realizado a comienzos de julio como despedida oficial de los escenarios, fue una emotiva muestra de gratitud hacia sus seguidores. “Gracias de todo corazón. Los quiero; los queremos”, dijo Osbourne al cerrar el show con Paranoid, su himno más representativo. Su legado musical y su influencia en generaciones de artistas seguirán resonando en la historia del rock, y que estuvo acompañando de un desfiles de estrellas musicales de todos los tiempos, inspirados en Sabbath.