
Escalada de violencia deja decenas de muertos y aumenta la preocupación internacional
Los enfrentamientos entre India y Pakistán han alcanzado niveles alarmantes en los últimos días, con intercambios de fuego de artillería y ataques con drones a lo largo de la Línea de Control en Cachemira. La crisis se desató luego de un atentado en territorio indio el pasado 22 de abril, que dejó 26 muertos, y al que Nueva Delhi respondió con un ataque militar el 6 de mayo. Pakistán, por su parte, ha derribado al menos 25 drones indios y ha prometido represalias1.
El saldo de víctimas sigue en aumento, con al menos 45 fallecidos en ambos lados de la frontera, incluidos civiles y militares. India ha advertido que cualquier ataque pakistaní será respondido con firmeza, mientras que Islamabad ha autorizado a su ejército a tomar medidas de represalia2. La comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos, China e Irán, ha instado a ambas naciones a reducir las tensiones y evitar una escalada mayor.
Las hostilidades han afectado la vida cotidiana en la región, con aeropuertos cerrados temporalmente y evacuaciones en zonas fronterizas. Pakistán ha denunciado que los ataques indios han impactado infraestructuras civiles, mientras que India sostiene que sus operaciones han estado dirigidas contra grupos terroristas4. La disputa territorial en Cachemira sigue siendo el epicentro del conflicto, con acusaciones mutuas sobre el respaldo a grupos insurgentes.
Ante la gravedad de la situación, Irán ha ofrecido mediar entre ambas potencias nucleares para evitar una escalada aún mayor. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos, conscientes de los riesgos que implica un conflicto prolongado entre dos países con capacidad nuclear.