
- El ministro (s) Maximiliano Proaño destacó que la Estrategia Nacional de Economía Circular para Textiles “es una invitación a dejar atrás la lógica de ‘usar y botar’ y avanzar hacia un modelo en que los materiales se aprovechen el mayor tiempo posible, reduciendo impactos ambientales y generando nuevas oportunidades para las personas”.
En el marco del Día Nacional del Medio Ambiente y en una ceremonia realizada en la Plaza de la Constitución, el ministro (s) del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, lanzó la Estrategia Nacional de Economía Circular para Textiles al 2040, un instrumento que busca transformar la forma en que diseñamos, producimos, consumimos y gestionamos los textiles en nuestro país.
El documento, que se enmarca en la Hoja de Ruta para un Chile Circular al 2040, establece cuatro metas: disminuir el sobreconsumo de productos textiles, impulsar el desarrollo de oficios y empleos formales vinculados a la economía circular, aumentar la valorización de los residuos y prevenir y erradicar los vertederos ilegales. Para alcanzarlas, se definieron 18 iniciativas y 47 acciones concretas, distribuidas en torno a los ejes de Cultura Circular, Territorios Circulares, Regulación Circular e Innovación Circular.
Durante la ceremonia, el ministro (s) Proaño destacó el carácter participativo del proceso. “Este hito no es solo el lanzamiento de un documento, sino el resultado de un proceso colaborativo en el que participaron más de 2.500 personas en todas las regiones, además de un Comité Estratégico conformado por más de 30 organizaciones públicas, privadas, académicas y de la sociedad civil. Sus aportes fueron claves para orientar y desarrollar esta estrategia”, señaló.
El ministro (s) añadió que “sabemos que no será un camino fácil, pero tenemos la convicción de que la única forma de alcanzar las metas que nos hemos propuesto es trabajando juntos: Estado, empresas, municipios, recicladores, emprendedores, academia y ciudadanía. Esta estrategia es una invitación a dejar atrás la lógica de ‘usar y botar’ y avanzar hacia un modelo en que los materiales se aprovechen el mayor tiempo posible, reduciendo impactos ambientales y generando nuevas oportunidades para las personas”.
La presentación incluyó un desfile de moda con prendas recicladas y reacondicionadas, realizado por la Universidad Andrés Bello en el marco de la Feria de Educación Ambiental de la Región Metropolitana, como una forma de visibilizar el potencial creativo y económico de la circularidad aplicada al vestuario.
Con esta Estrategia, Chile se posiciona a la vanguardia regional en la transición hacia un modelo de consumo y producción sostenible en el sector textil, contribuyendo no solo a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también a generar empleos de calidad, fortalecer capacidades locales e impulsar la innovación en el ecosistema de la moda y los textiles.
La estrategia surge como respuesta a los impactos de la industria textil a nivel global, responsable de más emisiones de gases de efecto invernadero que el transporte marítimo y aéreo internacional combinados, y que consume enormes volúmenes de agua para la fabricación de una sola prenda. En Chile, cada persona compra en promedio 32 kilos de textiles al año, la mayoría importados, mientras que la ropa usada que ingresa al país supera las 120 mil toneladas anuales.