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Innovación chilena en arroz despertó interés de Uzbekistán para enfrentar problemas de sequía

Invitada por organismo de investigación en arroz uzbeko, la investigadora de INIA Karla Cordero presentó experiencia chilena en el desarrollo de sistema de producción de arroz que establece nueva variedad menos demandante de agua y cambio en el tradicional sistema de riego por inundación.

Invitada por el Instituto de Investigación de Arroz de Uzbekistán, la investigadora y encargada del programa de mejoramiento genético de arroz de INIA, Karla Cordero, participó en un encuentro técnico que convocó a unos cincuenta investigadores e investigadoras de distintos países de Asia Central.

La presencia de la especialista nacional se enmarcó en un convenio de colaboración científica entre INIA Chile y el organismo de investigación uzbeko que, ante la situación de escasez hídrica que afecta al país, busca conocer la experiencia chilena. Y es que, en el último año, el trabajo generado por la investigadora nacional repercutió en todo el mundo arrocero, ya que pasó de los tradicionales cultivos inundados, al establecimiento de sistemas de riego tecnificados como el goteo. El sistema concibió como base, la generación de una nueva variedad adaptada naturalmente a condiciones de menor disponibilidad de agua, sin afectar calidad ni rendimientos.

Arroz climáticamente inteligente

Karla Cordero, ingeniera agrónoma y doctora en fitomejoramiento, fue la expositora principal del encuentro, donde expuso los avances y desafíos de la investigación en arroz y legumbres, en un contexto de cambio climático. En ella presentó los resultados del desarrollo en Chile del “arroz climáticamente inteligente”, trabajo de larga data que también involucró a organismos latinoamericanos como Fontagro, IICA y FLAR.

La investigadora explicó que esta nueva metodología, conocida en inglés como SRI (Sistema de Intensificación del Cultivo), incorpora riegos intermitentes y está llamada a reformular la forma tradicional de producción de arroz por inundación. Justamente esos son los factores que motivaron la invitación de la fitomejoradora a Uzbekistán, país que, con una población de 37 millones de personas, tiene al arroz como un alimento esencial y requiere continuar con la producción en un contexto de sequía severa.

“Ellos necesitan producir en condiciones de bajo requerimiento hídrico, entonces les viene como anillo al dedo lo que nosotros hemos estado desarrollando en Chile”, recalcó Cordero.  En ese sentido, explicó que ambos países producen y consumen el mismo tipo de arroz —el japónica templado, a diferencia de la gran mayoría de los países habituados al arroz índica—, por lo que Uzbekistán puede transformarse en un aliado estratégico para la diversificación genética. “A ellos también les sirve nuestro germoplasma y, sobre todo, lo que hemos desarrollado en sistemas de irrigación, como el goteo, que realmente van a tener que usar, quizás más pronto que nosotros”, destacó.

La investigadora de INIA Quilamapu sostuvo que la información entregada despertó gran interés de la comunidad científica presente, generando vínculos y posibles instancias de intercambio de material genético de arroz entre ambos países.

El encuentro realizado en la capital Taskent, reunió a especialistas de Uzbekistán, Corea, China, Kazajstán, y representantes de Alemania, Turkestán, Israel, entre otros.

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