La Empresa Eléctrica Cordillera SpA presentó la Declaración de Impacto Ambiental para la construcción de la nueva línea de transmisión 1×66 kV Santa Elisa – Quilmo II, iniciativa que busca reforzar el suministro eléctrico en la Región de Ñuble por más de 10 millones de dólares.
El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) recibió el 6 de noviembre de 2025 la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto “Nueva Línea 1×66 kV Santa Elisa – Quilmo II”, impulsado por la Empresa Eléctrica Cordillera SpA. La iniciativa contempla una inversión superior a 10 millones de dólares y se enmarca en el Decreto N°229/2021 del Ministerio de Energía, que mandató obras de expansión del sistema de transmisión zonal.
El proyecto consiste en la construcción y operación de una línea eléctrica de alta tensión de 8,4 kilómetros de extensión, con 58 estructuras de simple circuito. Esta línea permitirá la interconexión entre la subestación Quilmo II y el nuevo patio de 66 kV de la subestación Santa Elisa, ambas actualmente operativas bajo la titularidad de la Cooperativa de Consumo de Energía Eléctrica de Chillán Ltda. (COPELEC).
Según la DIA, la obra busca satisfacer el incremento de la demanda energética en la región, mejorar las condiciones de operación y calidad del servicio, y aumentar la capacidad de interconexión del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). El trazado contempla cruces con rutas relevantes como la Ruta N-59-Q, Avenida Libertador Bernardo O’Higgins y Ruta 5 Sur, además de siete cruces con líneas de media tensión y tres con líneas de alta tensión.
La ejecución del proyecto está prevista para octubre de 2026, con una vida útil estimada de 30 años. Durante la fase de construcción se proyecta la contratación de un promedio de 50 trabajadores, con un máximo de 75, mientras que en operación se requerirá entre 6 y 10 personas. En la etapa de cierre o abandono, la mano de obra podría alcanzar hasta 50 trabajadores.
Finalmente, la DIA destaca que la localización del proyecto fue definida considerando criterios ambientales y técnicos, como minimizar la longitud de la línea, reducir la intervención de suelos y evitar afectaciones a la vegetación e infraestructura existente. Además, se advierte que el área de emplazamiento en Chillán Viejo presenta exposición al cambio climático, con proyecciones de aumento de temperatura y disminución de precipitaciones, factores que podrían influir en la operación y resiliencia del proyecto.
